el perfil de su amado dormido.
En la pared, se refleja su sombra.
El amante, que yace a su lado, se irá. Al amanecer se irá a la guerra,
se irá a la muerte. Y también la sombra, su compañera de viaje,
se irá con él y con él morirá.
Es noche todavía. La mujer recoge un tizón entre las brasas y dibuja,
en la pared, el contorno de la sombra.
Estos trazos no se irán.
No la abrazarán, y ella lo sabe. Pero no se irán.
ESPEJOS
Eduardo Galeano
2008
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